Esta crema tan deliciosa que pasó a ser un clásico dentro de la repostería fue inventada por Monsieur Vatel, cocinero del príncipe Condé. Este príncipe vivía en un castillo cuyo nombre era Chantilly y Monsieur Vatel la bautizó con el nombre del castillo en su homenaje.
La crema chantilli es una crema deliciosa, delicada y fina que se emplea en muchas preparaciones enriqueciendo su sabor considerablemente. Para preparar la crema chantillí se emplea la crema de leche o nata y se logra a través de un batido, poniendo especial cuidado en él ya que fácilmente puede pasarse de punto.
Cuando se quiere lograr una crema más espesa se le agrega azúcar impalpable o glas o pulverizada, previamente cernida, que se puede agregar al principio del batido o cuando comienza a espesar, tolerando hasta 2 cucharadas por taza de crema.
La cantidad de azúcar va a depender de la preparación y de la cantidad que indique la receta.
De acuerdo al espesor que se quiera se le agregará más o menos azúcar, siempre impalpable (glas, pulverizada).
Para un mayor rendimiento y para evitar que se corte, batirla sobre un bol lleno de hielo y retirar de la batidora cuando está a medio espesar. Terminar de lograr su punto batiendo a mano, así se tiene un mayor dominio y rendimiento de la crema.
Una vez espesada, conviene aplicarla enseguida a la preparación para que su volumen no baje. O si se usa para decorar un postre, conviene poner en la manga y rápidamente hacer la decoración para que el calor de las manos no licue la crema. Dejar en la heladera hasta el momento de servirla.
Para aumentar su volumen se le puede agregar claras batidas a nieve con un poco de azúcar, por ejemplo, para medio litro de crema batida, se le puede agregar dos claras batidas a nieve con una cucharada de azúcar impalpable, glas, pulverizada, previamente cernida.
Pero en este caso si bien aumenta el volumen y se logra una crema chantilí más liviana no se puede decorar con ella pues la consistencia no le permite sostenerse.