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Crema de manteca y chocolate para rellenar y decorar

Esta crema de manteca al chocolate es igual a la crema de manteca común con la diferencia que a ésta se le agrega cacao amargo. Es sumamente delicada, rica e ideal para emplear como rellenos y baños de tortas o postres.
También se puede decorar con ella, pero manteniendo el producto final en el refrigerador hasta un rato antes de servir. El alto porcentaje de elemento graso en su composición, la hace vulnerable en un medio caluroso, ablandándose y deformando su presentación..
Se emplea mantequilla y no margarina o manteca vegetal.

INGREDIENTES
4 yemas
1 taza de azúcar ( 200 gramos )
1/2 taza de agua ( 125cc. )
300 gramos de manteca pomada (mantequilla)
3 cucharadas de cacao amargo

PREPARACION
Batir con batidora eléctrica las yemas hasta que estén más claras.
Poner en otro bol la manteca y batirla un poco hasta que esté cremosa.

Almíbar. Poner en una cacerola chica el azúcar y el agua. Llevar a fuego fuerte hasta que el almíbar tome punto de hilo fuerte (115º aproximadamente). O cuando al levantar el almíbar con una cuchara y volcarla, al final se forma un hilo que no se corta, o bien cuando su superficie está llena de burbujas o globitos producto de un hervor intenso.

Una vez logrado el punto se retira el almíbar del fuego y se vuelca sobre las yemas en forma de hilo y siempre batiendo. Es importante que caiga en los bordes del recipiente para que el almíbar se dirija hacia el fondo del bol y envuelva toda la preparación.
Se continúa con el batido hasta formar una preparación homogénea y que tome temperatura ambiente.

Esto nos asegura que bromatológicamente esté apto para ser consumido sin riesgo de salmonella y demás. Es lo que se llama aparato a bomba.

Luego agregar este almíbar a la manteca batida. Siempre de a poco y batiendo hasta terminar de incorporar.

Perfumar con la esencia de vainilla e incorporar el cacao cernido, mezclando.
Dejar que termine de enfriar y tome consistencia espesa fuera de la heladera.

Si se pone la crema en la heladera controlarla que no enfríe demasiado y endurezca pues se dificultaría trabajar con ella, tanto para extenderla como para decorar.
En este caso conviene esperar nuevamente a que tome la consistencia que se necesita para poder trabajarla.