Esta receta combina dos ingredientes profundamente ligados a la tradición repostera argentina: el dulce de leche y la nuez. Pero no es un budín común. Gracias al balance preciso entre materia grasa, azúcares y líquidos, se logra una miga húmeda, sedosa y estable. La incorporación de sal marina en el glaseado y una pizca en la masa realzan los sabores, dándole un perfil más complejo y actual. Ideal para acompañar un mate o café, este budín es una muestra de cómo lo tradicional puede elevarse a lo excepcional con algunos ajustes clave. Seguí el paso a paso y sorpréndete con el resultado.
Ingredientes:
Para el budín:
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200 g de manteca pomada (aprox. 1 taza)
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150 g de azúcar (aprox. ¾ taza)
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3 huevos grandes (180 g aprox.)
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250 g de dulce de leche clásico (aprox. 1 taza)
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200 g de harina 0000 (aprox. 1 ½ tazas + 1 cucharada)
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10 g de polvo de hornear (2 cucharaditas)
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2 g de sal fina (¼ cucharadita)
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60 ml de leche entera (aprox. 4 cucharadas)
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80 g de nueces picadas (aprox. ⅔ taza)
Para el glaseado salado:
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100 g de azúcar impalpable (aprox. ¾ taza)
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30 ml de leche (2 cucharadas)
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1 pizca generosa de sal marina en escamas
Paso a Paso:
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Precalentar el horno a 170 °C. Enmantecar y enharinar una budinera de 24 x 10 cm o similar.
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Batir la manteca con el azúcar hasta lograr una mezcla esponjosa, clara y bien aireada.
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Agregar los huevos de a uno, batiendo bien cada vez para asegurar la emulsión.
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Incorporar el dulce de leche y batir hasta integrar completamente. La mezcla tomará un color uniforme.
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Tamizar la harina, el polvo de hornear y la sal fina, e incorporarlos en tres tandas, alternando con la leche.
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Agregar las nueces picadas e integrar con espátula, sin sobremezclar.
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Verter la preparación en el molde, alisar la superficie y hornear de 45 a 55 minutos, hasta que un palillo salga limpio.
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Dejar enfriar 15 minutos en el molde, luego desmoldar sobre rejilla hasta enfriar por completo.
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Mezclar el azúcar impalpable con la leche hasta lograr un glaseado fluido, pero espeso. Bañar el budín y espolvorear con sal marina en escamas justo antes de que el glaseado se seque.
Consejos de Experto para un Resultado Perfecto:
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Usá un dulce de leche firme (no repostero ni fluido) para mantener la estructura de la miga.
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No sobrebatir una vez agregada la harina: evitás activar el gluten y lograrás una miga más tierna.
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El glaseado debe aplicarse con el budín frío o perderá definición.
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La sal en escamas no solo decora, sino que intensifica el sabor del dulce de leche: no la omitas ni la reemplaces por sal común.
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Este budín mejora al día siguiente: los sabores se integran y la miga se asienta. Guardalo bien tapado a temperatura ambiente hasta por 3 días.